lunes, 30 de mayo de 2011

COMPROMETIDOS CON LA DIGNIDAD HUMANA

"... El Señor exige de ti nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios" Miqueas 6, 8
- Recibimos con serenidad la reciente decisión unamine del STF (Superior Tribunal Federal) sobre el reconocimiento jurídico de las uniones estables de personas homoafectivas. Tal aprobación representa un importante avance en nuestra sociedad en la búsqueda de la superación de todas las formas de prejuicios y un proceso de perfección en el concepto de igualdad y de ciudadanía en una sociedad marcada por el pluralismo, pero también por profundas desigualdades y discriminaciones;
- Nuestro reconocimiento es realizado sobre la base de una sólida tradición de defensa de la separación entre la iglesia y el estado (y entre las religiones y el estado), que no significa la subordinación de un campo al otro, ni la substitución de uno por el otro, sino una vinculación de la autonomía institucional y legal con la libertad de expresión y del pluralismo. Por lo tanto, la Iglesia Episcopal Anglinada del Brasil se siente perfectamente cómoda como para expresar su posición porque su práctica lo recomienda y porque entiende que el estado debe ser continuamente acompañado en sus decisiones, en cualquier esfera de poder, aprobando o cuestionando sus acciones;
- La decisión del Superior Tribunal Federal suscita serios desafíos a todos los cristianos de todas las iglesias, ya que se necesita de apertura para reconocer que las relaciones homoafectivas son parte de la capacidad de ser de la sociedad y del propio ser humano. A partir de ahora, los derechos de ese grupo alcanzan la igualdad con todas los otros seres humanos. Reconocemos que aún hay mucho por hacer en este campo, tanto pastoral como social, para afirmar la dignidad de la persona humana y sus derechos. Sabemos que un profundo y largo debate debe ocurrir en la sociedad brasileña en este respecto, y la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil no esta exenta de participar en el, con profunda seriedad y compromiso de entender las implicaciones del evangelio de Jesucristo en nuestro tiempo y lugar;
- Reconocemos que tal decisión y respuesta a la oración que siempre realizamos en nuestro ritual de la Oración Matutina y Vespertina: "Señor, que nos gobiernas...a tu misericordioso cuidad encomendamos nuestra Patria...concédele a todas sus Autoridades, sabiduría y fortaleza para conocer y practicar tu voluntad. Cólmales de amor a la verdad y a la justicia..." (Libro de Oración Común, pág. 38). De esta forma afirmamos nuestro compromiso pastoral para con todas estas personas. Creemos que la promesa declarada en el rito de bautismo: "Es de Cristo para siempre" (Libro de Oración Común pág. 169) reposa sobre todos nosotros y, por lo tanto, no nos compete decidir quien pertenece o no a Dios.
- En este momento de cambios, reafirmamos nuestro compromiso de ser una Iglesia que Acoge y Sirve, reconociendo que el sensus fidelium declarado en la última CONFELIDER: defender los Derechos Humanos y los Derechos a una Ciudadanía plena. Entendemos que ese compromiso es consecuencia de los votos que realizamos delante del altar en nuestra confirmación: "Defenderás la justicia y la paz para todos, respetando la dignidad de todo ser humano" (Libro de Oración Común pág. 179);
- Alabamos a Dios por los avances conquistados, entendiendo que hacen parte de la sutil inspiración del Espíritu Santo para transformar nuestra sociedad. Convocamos a todos los anglicanos y anglicanas a acoger a las personas que nos buscan, a orar por ellas y acompañarles pastoralmente, entendiendo que la Iglesia es un edificio aún en construcción y que la totalidad de su membrecía solamente es conocida por el propio Cristo, Señor de la Iglesia.
- En el amor inclusivo de Jesucristo, nuestro Señor y Rey y supremo juez de vivos y muertos.

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